Actualidad rabiosa.    
     
(Por Ludovic Carlsson Svenson, "Cegatito de San Bernardo").    
 

Pamplona (Navarra, España), 14 de enero de 2020. Pese a que la temporada aún no ha comenzado, continúa a ritmo incesante la actividad en torno a Revillita. En esta ocasión es Apoderao quien vuelve a ocupar todas las portadas, pues su nuevo look es todo un éxito que seguramente va a ser copiado por millones de hombres en todo el mundo. Para hablar de este asunto y de otros relacionados con la actualidad taurina, he contactado con Apoderao, que me atiende con su proverbial amabilidad.

- Buenas tardes, Apoderao, ¿dónde andas?

- Estoy en Liechtenstein, cerrando una operación de tráfico de divisas, rematando los últimos detalles, a ver si me llevo el lucro cesante y también el lucro incesante.

- Eres un lince, te las sabes todas.

- Por eso estoy donde estoy, en lo más alto.

- Así es. Te pido un balance rápido de la última temporada de Revillita.

- Haciendo un análisis somero, yo diría que el maestro hizo en 2019 una temporada frenética.

- ¿Cuántas corridas toreó Revillita?

- Una.

- Hombre, Apoderao, una corrida en un año no me parece el mejor ejemplo de trabajo a destajo, precisamente.

- Ahí le duele, Cegatito, es que Revillita no es un trabajador de la cadena de montaje de Balay, es un artista, y vive en unas coordenadas espaciotemporales distintas a los demás. Una corrida al año es suficiente, en su caso incluso me parece demasiado, fíjate lo que te digo.

- Entendido, y reconozco que en ese festejo mano a mano con Castañita, hubo momentos de gran toreo.

- Más que eso, Revillita le dio un repaso a Castañita que lo dejó a la altura del betún, si me permites la cota cero.

- Disculpa si te extorsionizo, Apoderao, pero yo tuve la inmensa suerte de ver ese festejo, y si bien reconozco que Revillita estuvo cumbre dentro del canon manoletista, no me duelen prendas de abrigo en decir que Castañita paró los relojes con una tauromaquia de enorme profundidad y temple excelso, de manera que me recordó en muchos momentos al mejor Antonio Ordóñez, casi nada. Siendo honesto, creo que en ese mano a mano histórico, no venció Revillita ni Castañita, venció la Tauromaquia en su totalidad.

- Cegatito, no voy a discutir contigo porque eres muy benévolo con todo el mundo.

- Sigamos, todo el mundo habla de tu nuevo look, con esos rizos tan espectaculares.

- Normal, todo lo que yo hago tiene mucho repercusionismo. Es que soy la hostia.

- Nadie lo duda. He leído críticas muy positivas en los medios digitales, sobre todo en los que son de tu propiedad.

- No me extraña, porque yo estoy guapo de cualquier manera. He llegado a sospechar que mis cromosomas son de acero inoxidable, no te digo más.

- Apoderao, cuéntame un poco sobre tu nuevo peinado.

- Con mucho gusto. Lo primero, debo decir que me ha costado una pasta.

- Normal, acorde con tu categoría y tu status de millonario.

- Así es, pero conozco a otros potentados que por ahorrarse unos euros van a la peluquería canina. Obviamente, no es mi caso, yo me gasto un buen dinero, aunque no voy a decir cifras porque no soy importancioso y no me gusta restregar.

- Lo entiendo, Apoderao, y me permito añadir que tu proverbial humildad es directamente proporcional a tu excelencia, como todo el mundo sabe.

- Es del dominio público, sí. Volviendo al tema del peinado, fue idea de Revillita. Estábamos viendo un reportaje sobre África en el que salían muchos monos, y el maestro me dijo: "Apoderao, mira qué simpáticos están los monos con la cabeza rapada, nosotros tendríamos que hacer lo mismo." En aquel momento no le hice mucho caso, pero luego pensé que me vendría bien un cambio, así que fui a mi peluquero y él me propuso este peinado con rizos, que me sienta fenomenal, como no podía ser de otra manera.

- Doy fe de ello, Apoderao.

- Gracias, la verdad es que yo estaría guapo aunque me pusiera en la cabeza una ensalada de mierda, las cosas como son.

- Totalmente de acuerdo. ¿Por qué elegiste los rizos?

- Quería dar a mi imagen un cambio grande, un giro copernicudo, y esto me pareció lo más adecuado. Además, este peinado me aporta un plus de agresividad refinada no exenta de elegancia, que cuadra perfectamente con mi estilo de gestión.

- No lo dudo, pero tenía entendido que los rizos están pasados de moda desde hace años.

- Eso no me importa, si Apoderao lleva rizos, se ponen de moda en cinco minutos. Date cuenta de que yo creo tendencias, todo el mundo intenta copiarme hasta en los detalles más insignificantes. Aunque debo reconocer que nada mío es insignificante.

- Eso es porque rozas la perfección por la parte de arriba, Apoderao.

- Cierto, pienso que mi naturaleza divina se prepondera sobre la humana, y eso a veces me genera conflictivos.

- En cualquier caso, nada que tú no puedas resolver.

- Correcto, yo siempre digo que soy capaz de superar cualquier adversidad, excepto si me restriegan por la cara el calzoncillo usado de Oriol Junqueras.

- Eso ya sería demasiado. No quiero ser portador de malas noticias ni iniciar ninguna polémica, pero debo preguntarte por lo que ha declarado Castañita sobre tu nuevo look.

- Ya salió Castañita, el de las nueronas en huelga permanente. ¿Qué ha dicho esta vez?

- Leo textualmente: "parece que esta temporada se lleva el degenerado con rizos." Y otra perla: "con el aceite que pierden Apoderao, Revillita y su cuadrilla, se podría cocinar una paella para quinientos comensales y sobrarían bastantes litros para rellenar unos cuantos camiones cisterna de Repsol." Durísimas declaraciones, Apoderao. Como puedes comprobar, te ha puesto verde.

- Ese invertebrado de Castañita quiere hacerse publicidad a mi costa, así que no pienso responderle.

- Bien, de todas formas, Castañita no ha sido el único que ha criticado tu nuevo look. Supongo que habrás leído el comunicado que ha hecho público la señora Montserrat Asensi Pujol, en el que te da hasta en el carnet de identidad.

- No lo he leído y no sé quién es esa señora.

- Es la Presidenta de la Asociación de Justicieras Leridanas para la Defensa de las Gallinas. Leo un extracto del comunicado: "Apoderao es un producto nefasto del patriarcado heterosexual y asfixiante. Con esa cresta me recuerda mucho a los gallos siniestros y alevosos que violan a las gallinas." ¿Qué te parece esto, Apoderao?

- No lo sé, cuando he oído lo de Pujol, la mente se me ha ido a Andorra y a varios paraísos fiscales más y me he despistado.

- Comprendo, pasemos a otro asunto. Quiero preguntarte por la Fundación Calzoncillos sin Fronteras, con la que tú colaboras de modo altruísta.

- Como sabes, el Presidente de Honor es Revillita, y está muy implicado. Nuestro principal objetivo es luchar contra la Cencerrosis Escrotal Conmutativa, pero también estamos embarcados en otros proyectos, por ejemplo, queremos investigar sobre la fotosíntesis del calzoncillo.

- Muy interesante, sin duda. Otra cuestión, supongo que te habrás enterado de las críticas tan duras que está recibiendo la Real Federación Española de Deportes con Katiuskas, entidad que promociona seis deportes inventados por Revillita.

- Algo he oído, pero si soy sincero, de un modo superficial.

- Un prestigioso médico ha dicho que recomienda prohibir el ajedrez con escafandra, porque los golpes con la llave inglesa en la cresta que les dan a los jugadores, pueden causar lesiones cerebrales de importancia.

- A los médicos no hay que hacerles mucho caso porque son muy alarmistas, siempre están prohibiendo todo. Además, no creo que unos cuantos leñazos en la escafandra con la llave inglesa puedan hacer daño a nadie, porque casi nunca se rompe la escafandra.

- Totalmente de acuerdo, Apoderao.

- Espero que ese médico recapacite y no incordie más, aunque a veces no sabes si el médico alarma a la población, o son los demás los que presionan a los médicos para que quieran prohibirlo todo.

- Esa es la eterna pregunta, Apoderao, ¿qué fue primero, el huevo o el gallináceo?

- Difícil responder a eso, Cegatito, pues aunque un gallináceo bien entrenado puede romper la barrera del sonido, también es cierto que los huevos corren más cuesta abajo que cuesta arriba, al menos los míos. Por tanto, prefiero no posicionarme en esta cuestión tan delicada.

- Gesto que te honra, insigne gestor.

- Gracias.

 (Fin)