Pamplona (España) 1 de
febrero de 2007. Conmoción brutal e inesperada en el entorno más próximo de
Revillita. Dos de sus hombres de confianza, Miguelín Pérez y Guillermo
Zubiri, han sido detenidos como integrantes de un grupo terrorista altamente
peligroso. Nada más conocer la noticia, llamo a Apoderao para enterarme de
los pormenores.
- Apoderao, acabo
de saber que Miguelín Pérez y Guillermo Zubiri están detenidos y puestos a
disposición judicial.
- No me
suenan esos nombres.
- Pero si has
trabajado con ellos más de diez años...
- No
quiero saber nada de ese marrón, a ver si me van a trincar a mí.
- Apoderao, si no
estás implicado, no tienes por qué preocuparte.
- Déjate
de hostias, Cegato, yo me voy a coger setas, a ver si pasa este lío...
Visto que
Apoderao no arroja luz sobre el tema, posiblemente por no perjudicar a los
investigadores, hago mis pesquisas y averiguo que el CSI ha coordinado la
operación de busca y captura de Miguelín y Guillermo. Hablamos con el
teniente del CSI de Miami, Horatio Membrillo.
- Sr. Membrillo,
¿qué puede usted decirme acerca de la detención de Miguelín Pérez y
Guillermo Zubiri?
- Dígame
su nombre y rango, soldado.
- Me llamo
Cegatito de San Bernardo y soy informador taurino, mi sargento.
-
Teniente Membrillo, si no le importa.
- Disculpe, mi
teniente, le repito la pregunta, ¿qué tal se encuentra usted en España?
- Eso es
irrelevante. Al grano, pollo.
- En primer
lugar, me extraña que sea un equipo de agentes americanos el encargado de
intervenir en España, cuando es bien conocido que ustedes jamás se
inmiscuyen en asuntos internos de otros países.
- Voy a
hacer como que no le he oído.
- Recibido,
quería señalar que las cosas que ocurren en España no tienen ninguna
trascendencia en ese gran país que son los Estados Unidos, y me pongo en pie
para gritar a los cuatro vientos "Dios bendiga a América".
- Ahí has
estado mejor, vas bien chaval. Es cierto que apenas nos llegan informaciones
desde Europa, la última noticia que recibimos fue en octubre de 2006, cuando
las imágenes de la dramática cogida de Pargen ocuparon muchas horas en los
informativos. Fue un auténtico bombazo. Recuerdo que la cadena CBS
retransmitía la carrera de las 500 millas de Indianápolis y la interrumpieron para emitir lo
de Subterráneo Pargen. Los televidentes bloquearon la centralita, les
llamaron desde todas partes.
- Lógico,
los aficionados al automovilismo se quejarían por la interrupción.
- No,
exigían que los mecánicos cambiasen las ruedas levantando los coches a
pulso, como hizo Pargen con el toro. Le diré una cosa, amigo, ese Pargen
tiene dinamita en los bíceps, el jodío. Pero vamos al asunto, que aún hay
mucha tela que cortar.
- A la orden, mi
capitán, ¿puede aportarme datos sobre la detención de Miguelín y Guillermo?
- Se lo
diré sin rodeos, enano. Miguelín Pérez es uno de los terroristas más
buscados desde hace más de treinta años.
- Me deja usted
de piedra, mi comandante.
- Pues
oído al parche, Miguelín es el fundador del GEM.
- ¿Y qué es eso?
- Eso es
el Grupo Español Maligno, un grupo terrorista que pretende dominar el mundo,
y para ello intenta acabar con los gobiernos de los países más poderosos,
casi nada.
- La verdad, no
sabía nada del tema, pero creo que el GEM tiene una misión prácticamente
imposible. ¿Cómo pretendían lograr su objetivo?
-
Agotando las fuentes de energía, así de fácil. Miguelín es un experto en
calderas de toda clase y cuenta con la ayuda de su socio, Guillermo Zubiri,
especialista en sistemas eléctricos y electrónicos. Su plan consistía en
dejar al planeta sin reservas de gas natural y provocar el caos mundial.
- Eso es
terrible, se me ponen las gallinas en piel. Sin embargo, imagino que su
detención se debe a que habrán cometido algunos atentados antes de poner en
marcha su plan maligno.
- En
efecto, su trayectoria delictiva arranca en los años sesenta, cuando
lanzaron una bomba fétida en un concierto de Los Brincos. Casi le dan en la
cresta a Juan Pardo, los cabrones.
- Eso es
realmente maligno, pero no lo recuerdo, mi coronel.
-
Teniente Membrillo, si no le importa. Usted no lo recuerda porque en aquella
época los gobiernos europeos controlaban totalmente a la prensa y el hecho
no trascendió, que si no...
- Entiendo, e
imagino que estos dos terroristas no pararían ahí.
-
Correcto, Tuerto.
- Cegato, si no
le importa.
- Eso es
irrelevante, Tuerto.
- Le decía que
los terroristas habrán cometido más actos brutales como el que acaba de
relatarme.
- Todos
los que han podido. En otra ocasión, robaron dos ejemplares de la revista
Hola y pintaron orejotas a todos los que salían en las fotos.
- Compruebo
estupefacto que su escalada terrorista iba in crescendo y apuntaba
directamente a la dominación del Planeta Tierra.
- Eso
es, chavalote.
- Me deja usted
de piedra. Como peino canas desde hace años, me considero buen conocedor de
las bajezas que anidan en lo más recóndito del ser humano, pero francamente, cuenta usted unos crímenes que no
acierto a encajar en mis esquemas mentales.
- Así
son las cosas, amigo.
- Supongo que
siendo tan peligrosos y sobre todo malignos, estarían siendo buscados en
todo el mundo.
-
Afirmativo, desde hace treinta años la Interpol y la CIA les pisan los
talones. Sin embargo, su capacidad para camuflarse y adquirir varias
identidades les hacía muy escurridizos. Sabíamos que estaban en Pamplona
pero no estábamos seguros del emplazamiento exacto.
- Me extraña que
no llevasen a cabo sus chicos un bombardeo preventivo sobre la capital navarrica, por asegurar, se entiende.
- No lo
hicimos por no joder los Sanfermines, que nos vienen muy bien para librarnos
de miles de americanos durante unos días al menos. Sus fiestas son un
chollo, nos quitamos un montón de morralla y encima exportamos toneladas de
libros de Heminway. El caso es que por motivo de acuerdos entre gobiernos,
el CSI de Miami fue designado para resolver el caso evitando en lo posible
los daños colaterales, y ha sido llegar yo, y asunto resuelto.
- Con dos
cojones, mi general.
- Si me
sigue usted ascendiendo, termino la entrevista como jefe de Bush, cabestro.
- Disculpe, mi
Membrillo, ¿cómo logró usted detener a estos dos delincuentes tan
peligrosos, amén de malignos?
- Les
tendí una trampa. Gracias a mis contactos, supe que todos los martes
almorzaban judías con chorizo en el Bar Manolo y les esperé a la salida con
ciento setenta carros de combate.
- Les cogería sin
despeinarse.
- No,
resulta que fuimos el miércoles y quedamos como Cagancho, pero es lo que yo
digo, si acertásemos siempre a la primera, esto no tendría mérito. Recuerde
usted lo que dijo Napoleón, cuando le canearon en Waterloo: “cualquiera
tiene una mala tarde”.
- Me tiene usted
en ascuas, Su Excelencia. No acierto a comprender cómo pudo interceptar a
estos dos hombres tan sumamente despiadados, por no decir malignos.
- No fue
fácil, pero soy un hombre de recursos y puse en marcha el Plan B.
- Se expresa
usted en unos términos muy difíciles para un profano, Horatio, si me permite
la familiaridad.
- Me
refiero a que tenía pensado otro modo de cogerles si fallaba algo en la
primera intentona, como lamentablemente había sucedido pese a la perfección
de nuestra estrategia envolvente.
- Es usted un
lince, Eminencia.
-
Cierto. Gracias a mi talento averigüé que tenían intención de sabotear un
acto público en el que Pamela Anderson, la actriz de “Los vigilantes de la
playa”, presentaba su última película. Los terroristas pretendían hacerse
con el control del estudio para lanzar al mundo un mensaje subversivo, y le
diré más, maligno.
- Es curioso lo
que me ocurre con Pamela Anderson, la veo casi todos los días en la tele,
pero no le pongo cara.
-
Pues no adivino el motivo, tolón, tolón.
- A lo que vamos,
Membrillo, que nos estamos yendo por la turgente, ¿cómo logro usted neutralizar a los terroristas?
- Me
presenté en el lugar con tres mil agentes, peinamos la zona con raya en
medio y en pocos minutos di con Miguelín y Guillermo.
- ¿Opusieron
resistencia a ser detenidos estos dos activistas tan crueles e inhumanos,
por no emplear el término “malignos”?
- No,
pero Guillermo Zubiri me miró fijamente a los ojos y me dijo: “porque sois
tres mil tíos, que si vinieras tú solo con dos mil novecientos, te poníamos
la cara del revés, cobarde”. Aquello me impactó y comprendí que estos dos
hombres son valientes de verdad. Ya lo ve, me han caído simpáticos, estos
dos se libran de una paliza.
- Para que luego
digan que los americanos no respetan los derechos humanos.
-
Habladurías de comunistas, no haga usted caso.
- Gracias a Dios
que ha venido usted y ha terminado con la pesadilla. Desde hoy, con Miguelín
y Guillermo en la trena, el mundo es un lugar más seguro.
- Y
menos maligno.
-
Afortunadamente, estos dos no volverán a cometer más fechorías, mi cabo
primero.
- Por
los pelos, si supiera usted cuál era su próximo objetivo, no podría
conciliar el sueño.
- No me diga más,
apuesto a que habían diseñado un plan maligno.
- Es
usted un lince, Tuerto. No le puedo decir nada porque el Juez ha decretado
el secreto de sumario, pero la cosa es aterradora. En fin, vamos a dejarlo
ahí, que no me gusta alarmar a la población con temas de bombardeos
nucleares masivos en las principales capitales del mundo.
- Hombres
discretos como usted engrandecen el CSI, mi admirado Membrillo.
-
Gracias, no tiene importancia, soy así de serie.
- Imagino que sus
chicos habrán encontrado gran cantidad de información en los ordenadores de
los terroristas.
-
Negativo, Miguelín y Guillermo son más listos de lo que usted se piensa y no
se arriesgaron a guardar en soporte informático nada que pudiera delatarles.
Tenían todo apuntado en una libreta, la famosa "Libreta de Miguelín", que
está llena de anotaciones escritas en clave.
- ¿Cómo sabe que
está en clave?
- Porque
no entiendo ni hostias.
- Pues tiene usted ante sí un reto
difícil, mi general.
- No hay
problema. El encargado de descifrar los textos es uno de los agentes más
capaces del Servicio de Inteligencia, mi sobrino Ricky Membrillo "El
Adelantao".
- De sus palabras deduzco que su sobrino
Ricky es un membrillo muy adelantado.
- Usted
tampoco es manco, Tuerto.
- Cegato, si no le importa.
- Eso.
- Supongo que
Ricky obtendrá de esa libreta datos escalofriantes.
- Eso
creemos, tratándose de individuos tan sumamente peligrosos, y seré más
explícito,
malignos.
- Dios me libre
de adelantarme a los acontecimientos, pero me atrevo a pensar que la libreta
no era sino una siniestra e ignominiosa tapadera.
- Ahí le
duele.
- Cabe
pensar que el trabajo de Ricky El Adelantao va a resultar fundamental para
presentar las pruebas que la Fiscalía necesita para poner entre rejas a
estos dos criminales tan escurridizos y canallas, sin obviar su condición de
malignos.
- Puede
estar seguro, eso es tan cierto como que me llamo Membrillo y usted,
Bernardito de San Cegato.
- Cegatito
de San Bernardo si no le importa.
- Justo lo
que he dicho, a ver si estamos más atentos.
- Dicen que
en cierta ocasión, Miguelín y Guillermo descargaron cuarenta vagones de fuel
sobre el río Arga, en un atentado ecológico sin precedentes.
-
Negativo, fueron sólo treinta y nueve vagones, a la gente le gusta exagerar.
Además, lo hicieron por gastar una broma a los de Repsol, así que no se lo
tendremos en cuenta. Al César lo que es del César.
- Por más vueltas
que le doy, no entiendo cómo estos dos sujetos han sido capaces de
convertirse en auténticos enemigos de la Humanidad.
-
Miguelín estaba predestinado a ser terrorista. Es primo segundo de Bin Laden
por parte de butanero, y claro, los genes se acaban imponiendo. Durante sus
años jóvenes ingresó de incógnito en la Renfe como fogonero maquinista, en
la época del Niño de Mingorría, y valiéndose de su cargo, visitó muchas
localidades españolas con el fin de encontrar los emplazamientos más
favorables para desarrollar sus planes malignos. Al poco tiempo contactó con
Guillermo Zubiri y lo captó para su grupo terrorista haciéndole un
implacable lavado de cerebro.
- ¿Sabemos cómo?
- Sí,
con ayuda de su primo, que tiene una peluquería y lleva la representación
del champú Timotei.
- Luego Miguelín
disponía ya entonces de una infraestructura adecuada a sus malignos planes.
- Sí,
además tenía un seiscientos naranja con tapacubos a juego y asientos
reclinables, ahí es nada.
- Resulta
estremecedor enterarse de que un tipo tan peligroso pudiera contar con
semejantes medios.
- Lo
sabemos ahora porque lo he descubierto yo, y no lo digo con la intención de
ponerme una medalla, que conste.
- Todas las
medallas que le concedan son merecidas, Su Santidad. Ha sido un honor
entrevistarle y aprovecho la ocasión para pedirle que cuando vuelva a
Estados Unidos, salude a Antonio Banderas de mi parte.
- No
tengo otra cosa que hacer.
- ¿Quiere usted
enviar algún mensaje para los ciudadanos españoles?
-
Solamente decir que al que se porte mal me lo cargo.
- Está
claro.
(Fin).
Primicia: documento inculpatorio.
Les ofrecemos en rigurosa exclusiva uno de los documentos hallados por el
Teniente Membrillo en la guarida de Miguelín y Guillermo.
Se trata de un impreso llamado "Plan de Operaciones Malignas" en el que se
describe pormenorizadamente
cómo llevar a cabo un acto terrorista, y además, sumamente maligno. La
lectura detallada del
impreso
resulta aterradora, ya que
todas las actividades están programadas con
gran
meticulosidad, propia de terroristas de auténtica élite. El documento ha
sido desclasificado para que la opinión pública tome conciencia del
extremado peligro de estos delincuentes, auténticos forajidos despiadados.
Y además, muy malignos.
Las fotos de los malignos Miguelín Pérez y Guillermo Zubiri.
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