(Crónica de
Cegatito de San Bernardo)
Domingo, 30
de mayo de 2021. Plaza de Toros Monumental de El Montecillo, en Milagro
(Navarra, España). Con ambiente de extraordinario acontecimiento se ha
celebrado el 12+1 Enfrentamiento Intergaláctico del Milenio en el que
Revillita y Castañita han toreado mano a mano ante un público enfervorecido
que ha disfrutado como nunca de las faenas de ambos diestros. El ganado de
Santafé Martón, de irreprochable presentación, bravo y noble como es
habitual en esta ganadería, ha permitido el toreo artístico que demandan los
aficionados. Si digo que Revillita ha estado cumbre, posiblemente me voy a
quedar corto, así que prefiero contar de manera objetiva lo que hizo el
maestro: torear como los ángeles, haciendo gala de una quietud absoluta que
se basa en un valor fuera de lo común, conduciendo las embestidas con
precisión hasta el final, dentro de su concepto manoletista. No se puede
torear con mayor solemnidad y elegancia que Revillita, eso es algo que no
admite discusión, pero en el toreo caben estilos diferentes, y cuando surge
un diestro como Castañita, en dos muletazos acaba con el cuadro. Este torero
se atornilla en la arena y con facilidad pasmosa domina a toda clase de
toros a base de temple, mano baja y trazo exacto en los muletazos, de forma
que los liga en series perfectas. Me atrevo a afirmar que Castañita reúne
las mejores esencias de la tauromaquia de aquel gran maestro que fue Antonio
Ordóñez. No obstante, sin ánimo de ser negativo, debo mostrar mi
preocupación por la rivalidad cada día más exacerbada entre Revillita y
Castañita. Estos dos fenómenos, llevados por el ansia de competir noblemente
entre ellos y no dejarse ganar la pelea, cada día arriesgan más, pisando
unos terrenos inverosímiles, donde sólo cabe el triunfo o la cornada. Creo
que no es necesario llegar cada día a esos extremos, pues ni siquiera la
sublimación del arte justifica tal desprecio por la propia vida, por no
hablar de la angustia que provocan en los aficionados. Desde aquí invito a
Revillita y Castañita a reflexionar sobre esta cuestión, para que no se
arrimen con esa entrega casi suicida que están exhibiendo en los últimos
años.
Al final del
festejo, los aficionados salían toreando por las calles, como es normal
cuando uno ha contemplado a dos grandes artistas plenos de inspiración.
Además de eso, hemos visto grandes faenas de César Galarraga, Beñat, Niño
Barrabás, Laura, El Polan... que han toreado con excelentes maneras. En
resumen, día grandioso para la Fiesta Brava.
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