(Crónica de
Cegatito de San Bernardo)
Sábado, 30 de
mayo de 2020. Plaza de Toros Monumental de El Montecillo en Milagro
(Navarra, España). Con lleno a reventar se ha celebrado el XII
Enfrentamiento Intergaláctico del Milenio, el mano a mano entre Revillita y
Castañita, dos diestros que cuentan sus actuaciones por triunfos y acumulan
millones de seguidores repartidos por todo el mundo. Festejo organizado por
Fernando León cuidando todos los detalles, empezando por el ganado de Santafé Martón, que embistió con la bravura habitual en esta ganadería. Ante esos
toros, que como se puede ver en las fotos no andaban lejos de los
seiscientos kilos, Revillita y Castañita han hecho lo que saben hacer:
triunfar a golpe cantado. Hemos visto a un Revillita pletórico, muy metido
en sí mismo dentro del canon manoletista, que ha practicado el toreo solemne
y mayestático que le caracteriza, pero quizá con un punto más de arrebato,
de manera que ha dado otra vuelta de tuerca más a su toreo. Ante esa
avalancha arrolladora, parecía que ningún ser humano podría estar a la
altura, pero salió Castañita, abrió el compás, se atornilló en el suelo y
con ambas manos desplegó tandas enormes de muletazos en las que no sabemos
si fue mayor el temple, la hondura, el gusto...sensacional una vez más este
Castañita que parece no tener techo y cada vez nos recuerda más al mejor
Antonio Ordóñez. No cabe duda de que la rivalidad entre ambos diestros está
llevando al toreo a cotas que no imaginábamos, si bien debemos advertirles
del riesgo excesivo que corren siempre, llevados por su afán de superar al
rival. Resulta sobrecogedor ver cómo estos dos fenómenos arriesgan su vida
hasta límites que parecen inalcanzables para el ser humano, y muchos
aficionados nos preguntamos si existe justificación para que traspasen la
línea de lo razonable con tanta frecuencia, impulsados por ese valor casi
suicida que poseen. Dios quiera que Revillita y Castañita reflexionen pausadamente sobre
este aspecto y rebajen un punto su nivel de autoexigencia, porque no
necesitan exponer tanto para torear magníficamente, pues además de un valor
sobrehumano, tienen técnica y arte más que suficientes para dominar
cualquier embestida, como han demostrado muchas veces.
Además de eso, hemos visto grandes faenas de
Fran Expósito, Juan Gazpio, César
Galarraga, Beñat, Niño Barrabás, Laura, Mariano y Ander. Cada uno en su
estilo, rayaron a gran altura y cosecharon estruendosas ovaciones. Al
finalizar el festejo, los aficionados salían toreando por las calles y
comentaban con entusiasmo lo que habían visto, una tarde inolvidable para la
Fiesta Brava.
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