(Crónica de
Cegatito de San Bernardo)
Plaza de
Toros Monumental de El Montecillo, en Milagro (Navarra, España). Domingo 29
de abril de 2018. Décimo Enfrentamiento Intergaláctico del Milenio entre
Revillita y Castañita, superiormente organizado por el empresario Fernando
León, que contrató un ganado excelente de Santafé Martón. Lleno de "no hay billetes", con varios millones de aficionados fuera
de la plaza, sin poder entrar, y otros tantos conectados a internet para ver
la retransmisión en directo por You Tube en streaming con sistema APVD
(Activate Plus Velocity Descargamiento). No quiero ni pensar
en lo que han ganado los reventas, que han hecho su agosto desde hace varios
días, vendiendo las localidades a precios astronómicos. Ya han pasado tres
horas desde la finalización del festejo y todavía resuenan en mis oídos las
ovaciones atronadoras que se han sucedido durante toda la corrida, pues ha
sido un mano a mano extraordinario e igualadísimo entre Revillita y
Castañita, que no ha venido. Puedo afirmar que Revillita ha cuajado una
tarde cumbre (y quizá me quedo corto), ahondando con enorme prestancia en su
toreo de inconfundible aire manoletista. Además, hemos visto al maestro en
gran forma física, mejor que nunca. Se le nota que lleva tiempo haciendo parkour con un grupo de informáticos,
deporte durísimo, pues todo el mundo sabe lo extenuante que resulta aguantar
a los informáticos. También hemos disfrutado mucho con las
grandes actuaciones de César Galarraga, Juan Gazpio, Beñat, Fran
Expósito, Niño Barrabás, Aitor, Mariano y Niño de la Facultad, que han
toreado como los ángeles. Mención aparte merece Juanito Lara, hijo del Niño
de la Facultad, que hace bueno el dicho "de casta le viene al galgo", pues
atesora el valor impertérrito de su padre y el temple de los toreros más
privilegiados que hemos visto. Juanito dio un curso de toreo clásico,
templadísimo y poderoso, y puso la plaza boca abajo en todas sus
intervenciones. Ojo a este torero, que viene con la escoba y va a hacer
mucho ruido en las próximas temporadas. En definitiva, una tarde inolvidable
para los aficionados a la Fiesta Brava que disfrutaron como nunca de un
espectáculo sensacional.
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