
Melgibson
es informático, pero se hace de querer el animal. Lleva poco tiempo en la
cuadrilla de Revillita, como Jefe de los Servicios Médicos, pero se ha
convertido en un personaje de gran tirón mediático, sobre todo a raíz de sus
apariciones públicas en el programa de los 40 principales, donde hace los
coros de zambomba a varios grupos de heavy metal. Su primer libro, "Pedazo
de mamón. Historias de un informático" es una obra a la vez didáctica y
autobiográfica, que ha irrumpido con gran fuerza en el mercado, hasta el
punto de que ha alcanzado la impresionante cifra de tres millones de
ejemplares sin vender, todo un récord. El propio Melgibson ha declarado
sobre su obra: "Es el primer libro que he escrito, y también el primero que
he leído." No esperábamos menos.
Los capítulos del libro son los siguientes:
La informática, ¿sirve
para algo?
Redes de Fibra Óptica con doble bus de
escarmiento. Nociones básicas.
Meter los dedos en el
enchufe: peligroso.
Los Gigabytes en memoria
RAM, yo es que no me aclaro.
Programación
estructurada, de esto no quiero saber ná.
La hoja de cálculo
Excel, ideal para los que sepan multiplicar. Los demás, ni arrimarnos.
Retoque fotográfico para
poner a las chicas las tetas más gordas.
Gestionar bases de datos
con eficacia, qué más quisiera.
Cuando le di a la tecla
Suprimir y me empezaron a coger manía.
Pedí a Asesino Pelines que borrase el
disco duro y le faltó tiempo para coger la escopeta.
Problemas de
calentamiento en ordenadores portátiles, sobre todo al usarlos en Écija
a pleno sol en agosto.
Ventajas de los teclados
y roedores inalámbricos.
Apoderao, un ejemplo a seguir.
Cada día que pasa me
sientan peor los bocatas de mortadela.
No vuelvo a soltar
jabalises en el cuarto del ordenador. Cabrones.
Bases de datos indexadas
con doble algoritmo de búsqueda: ni puta idea.
Hay días que no tengo
ganas ni de levantarme del mueble bar.
Recuerdos de mi triste
infancia, cuando los otros niños detectaron que acabaría siendo
informático.
La pantalla plana, muy
práctica hasta que se te cae al suelo desde lo alto.
Configurar los módulos
principales de la placa base, eso es lo que yo quiero hacerle a la vecina del
Sexto C.
Cada vez que le doy al
Enter, rompo algo.
Aprendí Informática yo
solo, soy autodidáctico, pero no me se nota.
Me sé todos los bares de
pinchos que hay en Arnedo.
El cerebro, ese gran
desconocido, sobre tó pa mí.
Por
su interés, reproducimos el prólogo que ha escrito Revillita, que es un
homenaje muy sincero al autor:
Para mí es un honor escribir
el prólogo de este libro. Conocí a Melgibson "El Elegido" en febrero de
2007, creo recordar que era el día 17, aunque podría ser cualquier otro
entre el 1 y el 16 o entre el 18 y el 28, no me acuerdo bien, pero estoy
seguro de que era febrero porque estaba recién comenzada la Feria de Abril.
En cualquier caso, es lo de menos. Me lo presentó Apoderao en su despacho,
lo acababa de fichar para nuestra cuadrilla como Jefe de los Servicios
Médicos. Nos sentamos los tres a hablar y no negaré que me puse en guardia
cuando Melgibson me comentó que es informático: sentí que mi respiración se
entrecortaba, como cuando te pegan una patada en los ovoides y tardas un
buen rato en acompasarte pulmonarmente, que diría Subterráneo Pargen.
Afortunadamente, después me aclaró que tiene amigos e incluso sabe sujetarse
las gafas en las orejas y ya me quedé más tranquilo. Estuvimos un buen rato
charlando sobre fútbol, toros y chavalas, y en seguida comprendí que
habíamos fichado a un superdotado, cosa habitual en Apoderao, que tiene un
instinto especial para las personas y también para los informáticos.
Lleva poco tiempo con
nosotros, pero ya ha demostrado que está perfectamente capacitado para el
cargo: ha salido varias veces a la farmacia a comprar aspirinas y únicamente
se ha perdido cuando iba solo, pero no nos ha causado ningún problema porque
le conocen y casi siempre le dan todo caducado, así que es mejor tenerlo
lejos. Por otra parte, cuando la situación se complica, demuestra una sangre
fría fuera de lo común. Ha operado a corazón abierto a varias personas y
después ha escondido perfectamente los cadáveres. Con gente así a mi lado,
me siento más seguro.
Por si esto no fuera más que
suficiente, El Elegido es un hombre multidisciplinar, es decir, que puede
cabrear a mucha gente a la vez. Se ha ganado el respeto de los matemáticos
al demostrar que es incorrecto el principio de "el orden de los factores no
altera el producto". Melgibson lo descubrió cuando primero se puso a
jiñar y
después se bajó el calzoncillo. Observó que el producto, en este caso el
calzoncillo, sí que se alteraba, y extrajo la conclusión que ha admirado a
los matemáticos más prestigiosos del mundo. Y como es un científico de
verdad, comprobó varias veces su descubrimiento, hasta que se quedó sin
calzoncillos. No me cabe duda de que Melgibson es un tipo con una
inteligencia fuera de lo común, incluso reconozco que me da sana envidia. No
quiero ni pensar dónde podría haber llegado yo si tuviera la mitad de
cerebro que él. Eso, que no quiero ni pensarlo.
Debo decir sin falsa
modestia que fui yo quien animó a Melgibson a escribir "Pedazo de mamón".
Aunque es un muchacho joven y le queda camino por andar, acumula experiencia
y conocimientos suficientes para interesar al gran público. Melgibson emplea
un estilo directo y preciso, que convierte la lectura en un ejercicio
apasionante, sobre todo cuando terminas. Me ha impactado el capítulo "Cada
vez que le doy al Enter, rompo algo", porque me parece muy sincero, ya que
este animal se pasa el día jodiendo el ordenador de Apoderao y le complica
sobremanera sus trabajos de gestión, además de que lo utiliza para calzar
una estantería que está algo flojilla, y conviene dejarlo quieto en su
sitio. En definitiva, no dudo de que Melgibson va a alcanzar un gran éxito,
y espero que no sea el último, ya que auguro un brillante porvenir a este
superclase.
Fdo.: Revillita.
El libro se encuentra a la
venta en todas las librerías y grandes superficies de Europa,
desgraciadamente.

"Nunca fui aficionado a la informática, pero gracias a Melgibson, he llegado
a odiarla totalmente. La madre que lo parió."
|