(Crónica de
Cegatito de San Bernardo)
Plaza de
Toros Monumental del Montecillo, en Milagro (Navarra, España). 1 de mayo de
2015. Séptimo Enfrentamiento Intergaláctico del Milenio entre Revillita y
Castañita, en un ambiente de expectación desbordada y lleno total. Acabo de
salir de la plaza dando tumbos porque todavía me encuentro en estado de
shock, como aquella vez que me fallaron los frenos del Vespino e impacté
contra el escaparate de Frutas Bernardo, que alguien había puesto en mi
trayectoria. Después de ver torear hoy a Revillita y a Castañita, me
pregunto si es posible dar una vuelta de tuerca más al toreo, si se puede
mejorar lo inmejorable. Estoy seguro de que esta misma pregunta se hacen
allá en el cielo todos aquellos maestros que construyeron paso a paso el
edificio de la Tauromaquia, desde Pedro Romero hasta Antonio Ordóñez,
pasando por Paquiro, Guerrita, Joselito, Belmonte, Manolete... seguro que
todos ellos están comentando allí arriba que han visto algo nuevo,
espectacular e inolvidable. Revillita ha estado cumbre, elegante, artista
dentro de ese aire amanoletado que le caracteriza. Y Castañita, que en
ningún momento se ha quedado atrás, ha demostrado que su muleta es profunda,
poseedora de un empaque ordoñista inconfundible. Ambos fenómenos han
expuesto sus vidas con temeridad, rivalizando noblemente por alcanzar las
cotas más altas del arte, y lo han logrado, poniendo la plaza boca abajo en
varios momentos. Y además, hemos podido ver faenas grandes de César
Galarraga, Mariano, Beñat, Niño Barrabás, Laura, Niño de la Facultad,
Juanito González, Stefan... en resumen, extraordinaria tarde de toros. El
ganado de Santafé Martón, bravísimo, y la organización a cargo del
empresario Fernando León, como siempre, perfecta.
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